miércoles, 19 de marzo de 2008

EL OSO PANDA Y LA VENTAJA DE LA IMPERFECCIÓN

En 1.982 nacía en Madrid Chu-Lin, el primer oso panda nacido por inseminación artificial en Europa. Era hijo de una osa que el gobierno chino había regalado a los Reyes de España y se iba a convertir en todo un signo del zoológico de Madrid, para el que llegaría a significar lo que Copito de Nieve para el Zoo de Barcelona. El oso panda es un animal que la iconografía popular ha convertido en un símbolo de ternura. Pero la baja tasa de natalidad, la alta tasa de mortalidad infantil y la destrucción de su ambiente natural lo han colocado al borde de la extinción. En la actualidad se estima que no quedan más de 3.000 osos panda en libertad en el mundo –la mayoría en la zona montañosa de China- y unos 250 en cautiverio.
En los últimos años, este animal de aspecto bonachón y mirada triste, además de en símbolo de ternura, se ha convertido también en el centro de una polémica entre los defensores del evolucionismo (teoría científica derivada del mecanismo de selección natural propuesto por Darwin) y los del creacionismo (creencia que defiende que la Tierra y cada ser vivo que existe actualmente en ella proviene de un acto de creación llevado a cabo por un ser divino). Dicha polémica surgió a raíz de la publicación del libro “El pulgar del panda” (Stephen Jay Gould, 1980), en el que el autor venía a decir que “las imperfecciones son las principales pruebas de que la evolución ha tenido lugar”. Y es que en la mano del oso panda aparece un “sexto pulgar” que le permite manipular con mayor facilidad las varas de bambú, cuyas hojas son la base alimenticia de estos animales (llegan a comerse hasta cuarenta kilos de hojas al día). Pero esta supuesta falange no es, en realidad, un dedo propiamente dicho, sino una estructura tosca producida a partir de un hueso de la muñeca, que al oso panda le resulta más que suficiente para abrazar las cañas de bambú.
En algunos países occidentales el creacionismo está viviendo un auge muy importante que no tiene explicación más allá del desconocimiento y del radicalismo. Este hecho es especialmente destacado en los Estados Unidos, donde ciertos sectores de la sociedad tratan de hacerse oír a cada poco con este tipo de planteamientos. Estos sectores parecen mirar para otro lado cuando los investigadores tratan de argumentar, siempre siguiendo el método científico, la idoneidad del mecanismo de selección natural (el propuesto por Darwin) para explicar hechos como la aparición de ese “sexto pulgar” en el oso panda. Y lo que la selección natural, en esencia, viene a decir es que los individuos que tengan unas características genéticas determinadas se van a reproducir mejor o peor que los otros ya que esas características le van a conferir una serie de ventajas. Para el caso de los pandas, la presencia del hueso sesamoide radial a modo de pulgar facilita la alimentación haciendo que estos individuos tengan un mayor éxito reproductivo. Es decir, cuando los pandas comenzaron a depender exclusivamente del bambú como modo de alimentación, la presencia de ese pulgar resultó ser determinante, aunque fuera imperfecto.
Y es que por más que la superchería o la mitología, religiosa o no, traten de imponerse a la razón y la ciencia, la naturaleza acaba por poner las cosas en su sitio. Desde hace más de medio siglo se sabe que la información genética está contenida en el ADN (ácido desoxirribonucleico) y que la forma en que este ADN da lugar a una proteína sigue un sistema de codificación llamado código genético. La principal característica de este código genético es su universalidad y esto quiere decir que todos los organismos vivos (desde el más complejo de los animales a la más sencilla de las bacterias) siguen el mismo sistema de codificación. Es decir, el mismo código que traduce la secuencia del gen de la hemoglobina en humanos es el que utiliza una bacteria para dar lugar a una proteína estructural de su membrana a partir de su ADN codificante. Así pues, resulta muy sencillo deducir que esta universalidad en el código genético es la consecuencia de la existencia de un organismo ancestral común (denominado progenote) del que todos los organismos vivos han evolucionado y del que han heredado su sistema de lenguaje genético.
A lo largo de la historia la ciencia ha tenido que librar innumerables batallas contra la superstición, de las que siempre salió victoriosa. Esta no es sino otra más. De momento, el Consejo de Europa ya ha considerado el creacionismo como "una amenaza a los derechos humanos". Por suerte, la razón siempre acaba del lado de la verdad, por lo menos en la ciencia.

10 comentarios:

Carlos Frontera dijo...

Paso por aquí para devolverte la visita.
Interesante blog el tuyo.
En cierta forma, es un consuelo saber que la evolución se construye por medio de imperfecciones, que un error puede significar una mejor adaptación al medio y, por tanto, más opciones de supervivencia.
Saludos.

Anónimo dijo...

Hola, Jose. Muy interesante este artículo, pero tras leerlo y bucear un poco por los antecedentes y estado actual del creacionismo se me planetea una duda, o más bien quería saber tu opinión, y la de quien quiera opinar, por supuesto.
Es cierto que la razón siempre acaba del lado de la ciencia pero entonces ¿qué postura, desde el punto de vista de la ecucación, es la adecuada frente al creacinismo -disfradado últimamente de "Diseño inteligente"-? Negarlo y borrarlo del mapa o combatirlo desde dentro?
En enero de 2005, en el distrito escolar de Dover (Pennsylvania), y tras la demanda presentada por los padres de alumnos, un juez acabó por dictaminar como "inconstitucional la enseñanza del diseño inteligente en las escuelas por ser un "argumento religioso" y que "es una redenominación del creacionismo, no una teoría científica".
Teniendo en cuenta estos antecedentes y la fuerza que está tomando, sobre todo en Estados Unidos ¿no sería adecuado estudiarlo, o al menos darlo a concer, como una teoría incorrecta y carente de argumentos científicos en lugar de ignorarlo? Después de todo ¿no será mejor conocer los puntos débiles del enemigo -por si algún día tienes que enfrentarte a él- que ignorarlo o salir huyendo cada vez que le veas venir?
Un saludo.

Jose Antonio Garrido dijo...

Viajero solitario, me alegra verte por aquí. La evolución se construye de imperfecciones... y de perfecciones. ¿Qué son, si no, el ojo humano o el sistema inmunitario? La naturaleza es un río que va marcando su propio discurrir sin más reglas que las suyas propias.

Auro, también yo me he planteado alguna vez ese tipo de cuestiones, aunque mi planteamiento no va en el sentido de "combatirlo desde dentro". En cualquier caso, la conclusión a la que he llegado siempre es que no habría que darle más carácter que el de anecdótico. Si no, con la misma excusa, habría quien encontrara justificado explicar que las pirámides no las hicieron los extratarrestres o que el 11S no fue gestado por el propio gobierno estadounidense. Publicitar, en la forma que sea, este tipo de teorías dementes no beneficia nada más que a unos pocos y, desde luego, no al interés general.

Diego Flannery dijo...

Hola encontré el camino hacía tu blog, por algunas hormonas que dejaste en lo del viajero solitario. Menudo tema en de la vida en esta roca azul colgada de la nada estelar. ¿De qué nada se tratará? ¿La creación o la evolución?
Las evidencias científicas me ponen del lado de lo evolutivo y de la necesidad de adaptación permanente del ser humano y el resto de los orgánicos-terrestres.

Te dejo mi abrazo desde Argentina y cuando gustes pásate por el diván. Además te dejo los datos del blog de unos amigos, que puede interesarte.
Diego

http://www.ellogosdelavida.blogspot.com/

Jose Antonio Garrido dijo...

Diego Flannery, muchas gracias por pasear por aquí.

En tu post hablas de evidencias científicas, y creo que es un término muy acertardo. Como sabrás, evidencia es una palabra que procede del griego videre -ver-, y lo que se ve no necesita actos de fe. En estos temas, yo también estoy del lado de lo que se ve.

Pasaré por tu diván. Muchas gracias por tu recomendación.

Jose Antonio Garrido dijo...

Por cierto, Diego, maravilloso país Argentina. Mi foto de este blog está tomada allí, en Iguazú.

Diego Flannery dijo...

José Antonio...

Las cataratas, en Iguazú, un lugar para estar tan lejos del mundo y tan dentro del misterio de la vida.

Un fuerte Abrazo.
Diego

Nat dijo...

Gracias por tu visita José Antonio...Émile Michel Cioran decía que "en pleno delirio sexual, cualquiera tiene derecho a compararse con Dios"...con lo cual, somos muchos los que coincidimos contigo en ese comentario tan acertado y bello que has hecho de que si de habitar se tratara Dios lo haría en ese espacio donde uno llega a desintegrarse y volverse a generar, donde uno se expande y se derrama...
Y es preferible que sea ahí donde more que no alimentado por la ignorancia y la negación de lo evidente...
Un beso
Nat.

Anónimo dijo...

salut petit ours panda

te invito a mirar hoy La Voz

la foto tengo que cargarla,
pronto



un beso!

Jose Antonio Garrido dijo...

luna, te leí. Me gustó mucho el qué y el cómo, pero me apena el hecho que expones. Almería es como esa novia de instituto a la que todo aspirante a famoso renuncia para salir con otra con más caché, en beneficio de su "carrera".

Te seguiré la pista. Un beso.